El pasacasa, el más hermoso, el indiano aristoso o el blanco de plata…
Todos epítetos sonoros con los que Angel Muro, en su célebre “El Prácticón“, nombra al arroz, igualmente amado por unos e ignorado por otros. De allí este hermoso poema que a continuación transcribo, con venia virtual a su autor:
“Arrós en fesols y naps” (Valenciano Vulgar)
Per l´horta, tocant migdía, plens de infantil alegría, dijosos y satisfets, tornaven a la alquería dos pobres femarets.
L´un y l´altre, al escoltar les dotse, que en só de queixa els crivaden a la llar, tingueren una mateixa idea: la del dinar.
Lo més menut, que li guanya al altre que l´acompanya en vivor, li digué així: “Si fores lo rey d´Espanya, ¿qué dinaries tu huí”.
Alsant lo front ple de arraps, y soltant la llengua pronta, li contestá: “¿Pues no hu saps? quina pregunta més tonta!… arrós en fesols y naps”.
“¿Y tú?” –afegí lo major, lo menut llansá un suspir, y torcantse la suhor, li replicá: “¿Qué he de dir, si tu has dit ya lo millor?”.
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