Ojo x Ojo
viernes, septiembre 15, 2006
Esta vez el del viaje fuí yo.
Maleta, novia y hambre incluida se marcharon conmigo a una vueltecita por mi larense tierra natal: Barquisimeto (por ello el silencio de estos días).
Pretendía hacer un strike back culinario, parafraseando el premiado disco de Lavoe. Pero una abuelita de 95 que demanda todo el cariño de mi madre, la prótesis by Nokia que mi padre y hermano llevan perennemente en la oreja y unas calles que cada dia hacen que Barquisimeto se parezca más a Kosovo, impidieron cualquier asalto, en hora adecuada, a la cocina o nevera de alguno de ellos.
Mi hambre hubiese quedado terriblemente arropada por el fantasma de la comida no casera de no haber sido por el último día… Y no fué en una mesa donde precisamente me senté.
Ya en la despedida recibí, de boca de mi madre, una pequeña anecdota de mi yaya Mamamaría: de no haber sido por ella, yendo muy temprano a nuestra primera casa a enseñarme como hacer algunas cosas, no habría aprendido como cocinarle a tu papá… Suficiente alimento para todo lo que fué el viaje.
Por Mamamaría soy lo que soy ahora, literalmente…
Quiero aca transcribir un recuerdo, una conjunción de sabores que me dejó tan marcado que siento justo y necesario romper con la negativa de colocar directamente recetas en este blog. La compartió ella conmigo hace muchos años con toda su dulzura y amor. Por qué entonces he de guardarmela para mi sólo?
TORTA DE PLATANO Y QUESO
Se cortan y frién las tajadas de platano, no muy maduro, para que queden firmes. En un molde para horno se colocan, alternadamente, capas de tajadas, queso de año rayado y leche condensada, coronando con una capa de queso de año o amarillo. Llevar a horno por 15 minutos o hasta que gratine. Servir en porciones tan grande como la sonrisa que se dibujó en mí al probarla la primera vez.
Etiquetas: Al gusto
--Otro plato servido por Chef en Construcción--