Dias terribles de noticias horribles y a mi qué se me ocurre?, dos cosas: o entregarme al ostracismo en mi cueva o una rápida sobredosis de papas fritas...
Sucumbí ante la segunda.
No soy de los que recomienda la automedicación, de hecho siento algo de pavor ante la toma de pastillas prescritas (por aquello de que suelen irseme "por el caminito de Guarenas"), pero el aprendizaje que he tenido en la cocina me ha llevado a reencontrar y reconsiderar más de una creencia que tenía escuchado en boca de los abuelos, sobretodo del paterno, del cual heredé la vena yerbatera.
Antes que cualquier prozac o litio encapsulado prefiero una sopita caliente para la nostalgia o un inmenso plato de papas fritas para el atosigamiento.
¿Quién se anima a compartir su receta familiar?
NOTA: para los más escepticos algunas referencias: link1, link2Etiquetas: Al gusto, Islas Flotantes